miércoles, 26 de mayo de 2010

Cómo se fabrica un piolet


En concreto, cómo se fabrica la parte más técnica del mismo: la cruz o cabeza del piolet.


El material. Aunque últimamente se fabrican algunos modelos hiperligeros con la cruz de aluminio o titanio, el material tradicional y más comunmente empleado es el acero, esto es, hierro aleado con carbono y trazas de otros metales como níquel, cromo, molibdeno... Se trata de encontrar la mejor composición que garantice dureza y resistencia a tracción incluso en condiciones de bajas temperatura.


Dos son las tecnología para fabricarlo:

1. El forjado. Se golpea el acero al rojo contra el yunque y poco a poco se le va dando la forma deseada . El clásico trabajo del artesano herrero de toda la vida. Es el mejor procedimiento porque por una lado permite diseños más funcionales con distinto grosor según la zona y además alinea las estructuras internas del acero en la misma dirección mejorando la resistencia del pico. El resultado final tras pulir la pieza puede llegar a ser muy bonito, de una gran plasticidad.

Abajo, un modelo de piolet moderno con la cabeza forjada de una sola pieza.


2. El mecanizado o laminado. Consiste en troquelar la forma de la cruz de piolet de una lámina de acero. El espesor de la pieza resultante es constante, el mismo que la lámina de acero del que proviene. Para hacer la pala de la cruz a veces se torsiona la lámina y otras veces se suelda una pieza aparte. Para mejorar la dureza la pieza final suele templarse (calentarla a elevada temperatura y luego enfriarla bruscamente).

El procedimiento general es mucho más barato que el forjado, pero genera cabezas de piolets de menor calidad con mucha menos resistencia y dureza.

Abajo, un ligero piolet de cabeza laminada, con la pala soldada.



Respecto a los mangos, el material inicial era la madera de fresno o pino. A veces también se empleaba el roble. El último grito en mangos de madera de piolets era el bambú, ligero y muy resistente.

Más adelante, en la década de los 70 ya se fabricaron de metal, al principio de acero, y últimamente de aluminio o incluso titanio.



Veamos las distintas fases del forjado de un curioso piolet japonés: el modelo "Hasegawa" de la marca Futamura.

Se parte de una pieza cilíndrica de acero...

La forja en donde se calienta la pieza hasta unos 1.000 grados

Comienza el trabajo con el martillo y el yunque

Ya va tomando forma...

Para hacer la pala, se emplea un martillo hidraúlico más potente

Se hace el agujero de la cruz

Esto ya se parece a la cabeza de un piolet

Tras el conveniente limado y pulido final de la cabeza y la colocación del mango de madera y el regatón, el orgulloso artesano herrero nos muestra el precioso resultado

Un detalle de la delicada terminación.

Este es Tsuneo Hasegawa, ascendiendo la norte de los Grandes Jorasses, con un ejemplar del piolet Futamura que ayudó a diseñar.



Abajo, las distintas fases por las que pasa una pieza de acero antes de convertirse, esta vez, en un precioso piolet Willinsch, de Tasch, Suiza.


Los últimos retoques antes del pulido

El resultado final


domingo, 23 de mayo de 2010

Tecnica (5). Autodetención


El piolet además de ayudarnos en la progresión en ascenso, es vital para ser empleado para detener una caída en una pala de nieve.

Detener un caída SIN PIOLET NI CRAMPONES
Caso de no disponer de piolet ni de crampones, la forma de frenar una caída consiste en girárnos hasta quedarnos deslizando de cara a la nieve, con brazos y piernas algo abiertos. El tronco (o la espalda) ofrecen mucha superficie de contacto y deslizan muy bien. Hay que frenarse apoyándonos en manos y pies, separando el tronco de la nieve, haciendo presión especialmente con los pies y equilibrándonos con las manos.

La moza del siguiente video lo hace bastante bien; al final tiene demasiada prisa por ponerse de pié y se desequilibra un poco. Es mejor continuar con el apoyo sobre las 4 extremidades hasta detenerse del todo.



CON PIOLET Y CRAMPONES

La forma de coger el piolet varía depende del estado de la nieve:

Una vez que ha comenzado la caída hemos de tener la precaución de flexionar las rodillas para que los crampones queden alejados de la ladera. Sería fatal que de repente uno de los crampones se enganchara en la nieve. La consecuencia sería que saldríamos volteados con riesgo de sufrir una lesión grave en esa extremidad.

La técnica normal en una caída de nalgas:


Cuando se cae de cabeza: clavar el piolet a un lado para que el cuerpo pivote y se ponga en la posición normal:


De cabeza y de espaldas: hay que girarse primero


En este otro video se ve bien cómo el piolet debe quedar pegado al cuerpo, con la mano dcha cogiendo la cruz a la altura de la clavícula dcha, y la izda cogiendo el extremo de la punta del regatón llevándolo a la altura de la cadera izda (y los pies bien separados de la nieve)


La técnica de la autodetención solo sirve para frenarse uno mismo. No es útil para cuando vamos encordados.
Si una cordada avanza "en ensemble" (sin estar asegurados a ninguna reunión) y alguno de los miembros cae, a poco que la nieve esté lo suficientemente dura y la pendiente sea algo pronunciada, es prácticamente seguro que el que cae va a arrastrar a los demás. Y aunque uno de los miembros haga la maniobra correcta de autodetención, no tendrá la suficiente fuerza para parar al resto.
En este video se ilustra perfectamente:

Podemos fijarnos en varios detalles:
.....Lo dicho, ir encordados en "ensemble" aqui...
.....Tanto el primero como el segundo de la cordada no están atentos y llevan el piolet "a la remanguillé", en lugar de cojerlo de la cruz lo llevan de mitad del mango, de forma que no están preparados para hacer correctamente la técnica de la autodetención.
.....Una vez que estan cayendo, el que va segundo hace al menos dos intentos de clavar el piolet con una sola mano, pero no son efectivos. Es más, de haber tenido la suficiente fuerza para clavar firmemente el pico, el tirón hubiera sido tan violento que se lo hubiera arrancado de la mano, y de haber quedado colgado de la dragonera, podría habérsele luxado el hombro. No sería la primera vez...
.....El que va tercero de la cordada hace la maniobra de autodetención correcta. De ir solo hubiera podido frenarse, pero no es suficiente para detener a los tres, que ya van en caída libre.
Solo una maniobra sincronizada de todos los miembros de la cordada, con una autodetención simultánea y bien realizada hubiera podido tener éxito, pero... es todo tan rápido que no da tiempo a plantearse algo así.


Finalmente, un video de repaso de todo lo anterior. Es de una agrupación montañera escocesa, está en ingles, pero las imágenes son muy ilustrativas.


jueves, 20 de mayo de 2010

Perlas destacadas: Mayor Bill Tilman

Érase una vez un británico de los de antes, el Mayor Harold William "Bill" Tilman ( 1898–1977), un militar varias veces condecorado con cruces y otras distinciones imperiales, de esas que su graciosa Majestad tenía a bien otorgar a todo aquel que llevara el nombre de Inglaterra a sitios remotos.

Pues resulta que era de esos que se dedicaban a recorrer el mundo, y entre otras aficciones, se dedicó al montañismo. Su curriculum montañero no es muy renombrado. Tiene la primera ascensión al Pador (5.896), en el Himalaya, y varios intentos frustrados a sietemiles: al Rakaposhi (7.788), al Gori Cheu (6.538) y al Muztagh Ata (7.546), en este último casi tiene éxito. Finalmente en 1936, acompañando al experimentado Noel Odell, consigue su sietemil: el Nanda Devi (7.816), en la India, lo cual no deja de tener mérito para aquella época.

En una de sus expediciones, allá por 1950, lideró a un pequeño grupo de montañeros que se adentró a explorar el valle del Khumbu. Acababan de abrir la frontera de Nepal, y se interesó por ver cómo era el Everest por la cara sur, ya que hasta entonces las otras expediciones se habían acercado por el norte, por Tibet. Su grupo estaba compuesto tan solo 4 personas, incluído él mismo. Pero tenía algo muy especial, y es que había una mujer entre ellos: Betsy Cowles Partridge. Y este era un hecho histórico pues se trataba de la primera mujer que formaba parte de una expedición al Himalaya.Betsy Cowles era una montañera americana con un historial de numerosas escaladas en los años 30 y 40 en Colorado, en los Tetons, Santa Marta, en Columbia, las Rocosas Canadienses y en los Alpes Suizos. En la expedición de 1950 de Tilman al Khumbu participaba como fotógrafa oficial, de hecho, fueron las primeras fotografias que un occidental tomó en dicha zona y permitieron documentar aquellos remotos lugares Himalaya.

Pues bien, en un determinado momento de la expedición, tras haber visitado el monasterio de Tengboche, y después de una comida que precisamente había preparado Betsy, fué cuando el Mayor Tilman dejó caer la frase por la que ha pasado a la historia.
Me lo imagino, sentado con toda su flema británica, mordisqueando altivamente la boquilla de su pipa y exclamando con voz engolada:


"Hasta hoy nunca había pensado en las mujeres
como parte indispensable del equipaje para un viaje al Himalaya,
pero vivir es aprender."


Tras esta exquisita perla y haberse llenado de gloria vistoriana con ella, finalizó su periplo montañero, y pasó a dedicarse a la vela, dejándo muestras de su exquisito tacto por los mares polares.
Desaparecío en 1.977 durante una travesía entre Rio de Janeiro y las islas Malvinas.

Equipo años 30

Acérquese Vd a rue Racine 13 de París, y pregunte por el monsieur Pepín. Tienen el perfecto equipamiento para el caballero montañero de los años 1.930.
Con este equipo puede poner en práctica la "técnica francesa" de cramponaje y el "piolet ancla".

Incluye, a saber:

1. Botas semiríqidas de caña media, con la suela claveteada (aunque no se vea) y tricounis montados en todo el perímetro de la bota.

2. Crampones de 10 puntas y firme sujección por correas (entonces no había otra forma), modelo similar al fabricado por Henry Grivel de Courmayeur.

3. Piolet estilizado de unos 80-90cm, de largo pico recto sin dentar, pala estrecha y sin agujero en la cruz (que no ve inventaría hasta los años 60).

Ánimo, con un equipo similar a éste se ascendió la norte del Eiger por primera vez allá por 1.938.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Tricounis

Tri... queeee?

Pues eso tricounis. Unos herrajes que se adaptaban al borde de la suela de las botas.

Anteriormente, en el siglo XIX, el calzado de montaña consitía en botas, normalmente derivadas directamente de las de uso militar, a las que se les ponía una suela claveteada.

Fué en la década de 1910, cuando un zapatero suizo,
Felix Génécand (1879-1957), al que apodaban "Tricouni", diseño unas piezas metálicas que se sujetaban mediante pequeños clavos y tornillos a lo largo de todo el borde de la suela para mejorar el agarre de en superficies heladas.
Desde luego tenian una estética que le daban un tremendo carácter a las botas que lo portaban.



Fué una revolución, resultaban tremendamente efectivos en terreno resbaladizo como yerba, barro, nieve dura y sobre todo en hielo. Los tricounis equiparon las botas de toda una generación de alpinistas.

Pero si hasta Tintín los llevaba en sus botas de montaña...
Abajo, unas botas que vimos expuestas en un Lodge en Machhermo, una pequeña población en el valle del Khumbu, en Nepal. Las tienen en una vitrina junto con antiguos piolets de madera, polainas, mosquetones, estacas de hielo, etc. Pertenecían al padre del sherpa que nos hospedó. Nos contó que empleó estas botas equipadas con tricounis hasta bien avanzada la década de los 50.
El final de los tricounis vino marcado por la introducción de otro avance revolucionario: la suela de caucho vulcanizado "Vibram", patentada en 1937 y que se generalizó a lo largo de la década de los 40.


martes, 18 de mayo de 2010

Tecnica (3). Armand Charlet y el "Piolet Ancla"

Armand Charlet (1.900-1.975)

En la historia del alpinismo, sobre los años 1.920-30, la técnica del tallado de escalones sobre el hielo estaba llegando a su fín. Los crampones están empezando a dejar atrás a las botas claveteadas y a los tricounis (alas de mosca) y se imponen a la hora de afrontar las palas de hielo.

Había sido ya en 1910 cuando el escalador británico Oscar Eckenstein diseñara unos crampones especiales, que luego fabricó un brilante herrero de Courmayeur llamado Henry Grivel (si, ese Grivel). Eran unos robustos crampones de 10 puntas y poco a poco el modelo original se fue perfeccionando hasta que sobre los años 20 fueron totalmente prácticos y fiables. Eran articulados, aceptablemente ligeros, sus ataduras no se soltaban ni aflojaban y llevaban una talonera que evitaba que la bota se desplazara hacia atrás.


Los crampones de Eckenstein-Grivel


Este avance técnico permitió el desarrollo de una nueva técnica de afrontar la progresión en hielo: "el Piolet Ancla". Y fue un guía de Chamonix, Armand Charlet, el verdadero precursor y maestro de esta nueva forma de escalar en hielo, abriendo numerosas vías de dificultad en el macizo del Mont Blanc, especialemnte en la Aiguille Verte. Sirvió de ejemplo a toda una generación de guías y alpinistas, siendo el primer presidente del "Sindicato Nacional de Guias", y tras la guerra, fundador de la "Ecole Nationale de Ski et d´Alpinisme.


Armand Charlet negociando una pala de hielo


La "técnica francesa", que es la que emplea el "piolet ancla", consistía en progresar con los ambos pies paralelos, situándolos perpendiculares a la línea de máxima pendiente, y apoyándolos planos, de forma que pudieran clavarse el mayor número de puntas posible. Tras clavar el piolet, la otra mano se apoyaba en la cruz permitiendo un buen punto de apoyo y equilibrio para seguir progresando.

Para ello eran necesarios crampones ligeros y de sujección fiable, y un piolet robusto con un pico agresivo, dotado de dientes prominentes y de unos 70-85 cm, bastante más corto que el que se venía empleando para tallar escalones en el hielo, que superaba el metro de largo.


Abajo, unas fotos históricas de Yvon Chouinard, aventajado discípulo de Armand Charlet, afrontando una pala de hielo con la "técnica francesa" de cramponaje y el "piolet ancla".


Con el tiempo, será precisamente Yvon Chouinard, el precursor del siguiente avance en la técnica sobre el hielo, que vendrá a llamarse "Piolet Tracción". Hablamos de los años 60, y dicha técnica revolucionará el diseño de los piolets.


sábado, 15 de mayo de 2010

El piolet de Tintín


Sería imperdonable para un tintinófilo que se precie no recordar aquí al que se considera el mejor álbum de todos los tiempos del periodista más famoso de la historia del cómic: "Tintin en el Tibet"

Por cierto, se trata de la portada original de la versión de "Tintín en el Tibet", en Tibetano. Abajo, una de sus viñetas

Lo que ya no es tan conocido es que en el 2.006, Tintín fue el primer personaje de ficción galardonado con el premio "Light of Truth" (Luz de la Verdad), otorgado por el Gobierno del Tibet en el exilio, y entregado personalmente por el Dalai Lama a la viuda de Hergé.

Dicho prestigioso premio también le fue otorgado a otros personajes e instituciones que se destacaron por su labor a favor de la defensa de la cultura e identidad del Tibet: Heinrich Harrer, el montañero que inspiró la película "7 años en el tibet" a Martin Scorsese por su película "Kundun", a Richard Gere, al pueblo de la India, y a Danielle Mitterrand entre otros. Ésta es la lista completa.


Pero a lo que vamos, que a nuestro héroe no se le daba mal ascender pendientes nevadas ayudado por su piolet de madera:

Y no solo a el, hasta el destartalado capitan Haddock se da buena maña empleando un par de piolets para asegurar el descenso del Sherpa por una grieta

Por cierto....

viernes, 14 de mayo de 2010

Simond Especial C2


Es un modelo derivado del Simond "Chamois número 2", un bonito piolet de líneas clásicas de los años 50 de unos 90-100 cm. Como se ve, se le acopló un dispositivo que permite desmontar el mango en dos piezas y facilitar su transporte.

Vale, sería cómodo de tener que meter el piolet en una maleta, pero no se, la fiabilidad en el monte... Puede que en algún momento tuviera que sacarnos de algún apuro, y seguro que en esos momento desearíamos que el mango fuera lo más rígido y resistente que se pudiera.

Pero es curioso, y la verdad es que tiene una cabeza bien bonita, ¿no os parece?